Detectan que el suero de llamas y guanacos puede ser utilizado para desarrollar nanoanticuerpos

El suero de llamas y guanacos puede ser utilizado para desarrollar nanoanticuerpos que permiten detectar, prevenir y tratar distintos tipos de virus. Investigadores del Laboratorio de Virus Diarreicos del INTA trabajan en diversas líneas que permitieron obtener productos de diagnóstico y tratamiento de algunos de los principales virus gastrointestinales. El rol de la colaboración internacional y de las políticas públicas en una iniciativa que lleva más de una década.
equipo

Un grupo de investigadores del INTA obtuvo financiamiento de Naciones Unidas para ampliar sus desarrollos de nanoanticuerpos contra el rotavirus –un virus gastrointestinal que afecta especialmente a los niños de hasta cinco años– a partir de de la generación de bibliotecas génicas de fragmentos derivados un tipo especial de anticuerpos presentes en el suero de camélidos. En este caso en particular, se trata de investigaciones en guanacos, considerados una especie sudamericana silvestre, lo que les permitió incluir el proyecto en el denominado Protocolo de Nagoya, un acuerdo internacional que busca crear un marco normativo para que las comunidades en las que se produzcan descubrimientos a partir de sus recursos genéticos reciban una retribución equitativa de beneficios.

Si bien este financiamiento –por alrededor de 330.000 dólares– es reciente, el equipo de investigación lleva casi 15 años trabajando en esta tecnología, que el mes pasado ha sido premiada con el galardón principal en el Concurso de Inventos Patentados PROSUR por un desarrollo similar también destinado al tratamiento de rotavirus, pero en este caso obtenido a través nanoanticuerpos derivados de llamas, un camélido sudamericano doméstico.

Se trata de un trabajo que comenzó en el año 2005 y en el cual ya participaron más de 20 especialistas de distintas disciplinas, como veterinarios, bioquímicos, biólogos moleculares y biotecnólogos que trabajaron en colaboración con grupos de investigación de Alemania, España y Estados Unidos. “Los colegas alemanes nos enseñaron a construir las bibliotecas de genes de nanoanticuerpos a partir de llamas inmunizadas; el grupo español nos ayudó a producirlos en un sistema que de expresión de baculovirus recombinante; con el grupo de Estados Unidos probamos la eficacia para prevenir la diarrea por rotavirus humano en un modelo de cerdos gnotobióticos, y posteriormente, desde el Instituto Malbrán (INEI/ANLIS) nos impulsaron a desarrollar y validar el kit de diagnóstico”, le dijo a TSS Viviana Parreño, investigadora del Instituto de Virologia de INTA.

El rotavirus es un virus gastrointestinal que afecta especialmente a los niños de hasta cinco años.
Parreño explicó que eligieron trabajar con rotavirus porque ya eran “especialistas” en ese tema, puesto que en el Instituto de Virología del INTA Castelar estudiaban enfermedades virales que producen diarrea neonatal en terneros, potrillos, cerdos y camélidos.

A pesar de que desde el año 2006 existen vacunas para prevenir esta enfermedad, el rotavirus sigue siendo la principal causa de diarrea en niños menores de cinco años, provoca 2.500 millones de casos por año, dos millones de hospitalizaciones y 200.000 muertes a nivel mundial, que representan el 10% de las muertes prevenibles en la infancia, según datos suministrados por la Orgnización Mundial de la Salud (OMS). En la Argentina, según reportes del Malbrán, se estima que se producen alrededor de 100.000 consultas médicas por año.

“Queríamos desarrollar un kit de diagnóstico que nos sirviera tanto en muestras de animales como de pacientes humanos, y llamativamente encontramos que algunos de los nanoanticuerpos fueron capaces de neutralizar la infección por rotavirus”, dijo la especialista, que resultó ganadora del premio especial a la “Mujer Inventora” en el mismo concurso. El hallazgo también les permitió avanzar en nuevos desarrollos que no habían imaginado inicialmente: “Lo probamos en ratones y vimos que los protegía, entonces lo repetimos en cerdos, con la ayuda de colegas de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, y la sorpresa fue que todos los cerditos tratados fueron protegidos contra la diarrea por rotavirus humano. Entonces, pensamos que podría servir para desarrollar una terapia para niños”, dijo Parreño, que actualmente es Coordinadora Científica de INCUINTA.

Por eso, actualmente el grupo trabaja en lo que podrían denominarse tres líneas de investigación: una para el diagnóstico de esta enfermedad –a través de un kit que ya se utiliza de manera exitosa en los hospitales de la red de vigilancia de diarreas neonatales del INEI/ANLIS Malbrán–, una segunda que es una línea preventiva –que busca desarrollar un alimento funcional, como por ejemplo, una leche inmune que incluya estos nanoanticuerpos para disminuir la incidencia de esta enfermedad en poblaciones vulnerables–, y una última línea que se orientaría a desarrollar un biofármaco para tratar las diarreas provocadas por rotavirus.

Nanoanticuerpos en el hospital

“Hace unos años había problemas para ingresar importaciones al país y en el Instituto Malbrán, que realiza la vigilancia de las diarreas neonatales en la Argentina, tenían un problema: se iba a introducir la vacuna de rotavirus en el calendario sanitario argentino, en la temporada 2015, y no contaban con el kit de diagnóstico importado con el que ellos hacían la vigilancia”, recuerda Parreño y agrega que fue entonces cuando recurrieron a INTA y les preguntaron si los podrían producir desde ese laboratorio: “les dijimos que sí, que íbamos a intentar producirlo, puesto que ya veníamos trabajando en un prototipo para la detección de rotavirus animales”.

Así, lograron desarrollar el primer kit de diagnóstico para la detección de rotavirus basado en nanoanticuerpos, que hoy se está usando en 17 hospitales de distintos puntos del país. Se denomina Rotadial, y en 2016 recibió el premio Innovar al producto innovador. “Incluyen una placa de plástico de 96 pocillos troqueables, que ya vienen sensibilizados con un nanoanticuerpo. Cada uno de ellos se usa a medida que llegan muestras al hospital, y si hacen falta más, nos piden y les volvemos a entregar”, dijo Parreño y recordó que, a partir del año 2017, entregaron los primeros kits al Instituto Malbrán y a otros 17 hospitales del país, adonde los probaron y obtuvieron resultados “muy buenos”. El año pasado los volvieron a entregar y actualmente están preparando el lote nuevo, para entregarlos por tercera vez.

En cuanto a su funcionamiento, las placas tienen el nanoanticuerpo adherido y sobre ellas se coloca la materia fecal del niño enfermo. A continuación, se coloca un segundo nanoanticuerpo marcado con una enzima que al entrar en contacto con el sustrato adecuado genera una reacción de color, en caso de que se detecte la presencie del virus. Por el momento, la reacción se produce en lo que se denomina fase líquida, pero una parte del grupo ya está trabajando para obtener tiras reactivas como las que existen en el mercado para otros usos, como las de pruebas de embarazo y para medir los niveles de azúcar en sangre.

Parte del equipo de investigadores de INCUINTA y del Laboratorio de Virus Diarreicos, del Instituto de Virología de INTA Castelar.
“Lo más difícil es mantener el ritmo de trabajo que uno desearía en las condiciones tan fluctuantes de Argentina”, dijo Parreño y se refirió particularmente a las dificultades que deben sortear para generar la biblioteca de genes con los que trabajan, puesto que es un proceso por ingeniería genética “bastante complejo”, que necesita reactivos de muy buena calidad que deben ser importados, algo que no siempre es posible en el país. “En algún momento no se podían importar y ahora que sí están disponibles nos resultan inaccesibles por su costo”, ejemplificó.

También consideró que la falta de políticas de Estado en educación, ciencia, salud afecta al desarrollo científico y tecnológico. “Gracias a la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Agencia de Promoción Científica y Técnica, contamos con instrumentos y fondos para hacer investigación, fue maravilloso. Pero luego, el bloqueo a las importaciones fue muy perjudicial por la falta de insumos críticos. Sin embargo, gracias a eso, que era una tragedia, el Malbrán nos pidió hacer el kit”, dijo. Y agregó: “Ahora, la devaluación hace que los fondos destinados a investigación sean muy limitados”.

Leche preventiva

Durante estos 15 años de trabajo, el INTA logró obtener patentes por los nanoanticuerpos contra el rotavirus y otra por un descubrimiento similar contra el norovirus, un agente viral que provoca vómitos y diarreas al consumir alimentos contaminados. Además, han trabajado en el desarrollo de una vaca transgénica que expresa nanoanticuerpos en su leche (junto con una empresa biotecnológica nacional) y un tercer set de nanoanticuerpos pero contra el virus de la influenza humana pandémica, en vías de patentamiento (en este último caso, esperan desarrollar un aspersor, similar al que se usa para contrarrestar los ataques de asma, que pueda ser aplicado en la nariz y la garganta, para evitar la gripe).

El proceso para obtener una patente suele ser costoso y largo. En el caso particular del nanoanticuerpo contra el rotavirus, presentaron los pedidos en el año 2007, tanto en la Argentina como en los más de 20 países del mundo adheridos a lo que se conoce como Tratado de Cooperación de Patentes (TCP, del cual la Argentina no es parte), junto con colegas de España que lo presentaron en una oficina europea (que sí está adherida al TCP), aunque hoy esa patente es 100% del INTA. La solicitud fue aceptada en la Argentina en el año 2017 y en los países del TCP un poco antes, alrededor de siete años después de haber sido presentada.

“Lo más difícil es mantener el ritmo de trabajo, que suele verse afectado por las condiciones tan fluctuantes de Argentina”, dijo Parreño.
“Una vez que tuvimos el nanoanticuerpo del rotavirus, decidimos trabajar contra el segundo causal de diarreas, el norovirus”, explicó Parreño y recordó que en esa oportunidad se aliaron con un grupo de expertos en ese virus del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por su sigla en inglés). “Fue muy bueno porque contamos con virus sintéticos de alta pureza y los nanoanticuerpos que obtuvimos se patentaron conjuntamente entre el INTA y el NIH, lo que agilizó el trámite”, agregó.

Actualmente, este equipo interdisciplinario está trabajando junto con profesionales del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, con el objetivo de desarrollar levaduras que incluyan estos nanoanticuerpos, que puedan servir como suplementos dietarios para incluir en productos alimenticios. La colaboración con este grupo comenzó en 2016, pero las investigaciones en busca de suplementos alimenticios se remontan a 2011, cuando los profesionales del INTA se asociaron a una de las principales empresas biotecnológicas del país para desarrollar una vaca transgénica que fuera capaz de dar leche con nanoanticuerpos contra el Rotavirus. “En 2016 nació Punita, una vaca que expresa los anticuerpos en su leche y que estamos en proceso de patentamiento. En este momento, buscamos obtener un macho transgénico para generar un tambo biofarmacéutico, a partir de ambos animales fundadores”, adelantó Parreño, y explicó que, como las aprobaciones necesarias para un producto de este tipo puede llevar mucha tiempo, decidieron orientar sus investigaciones también hacia las levaduras, organismos que ya han sido aprobados por la FDA, la autoridad que regula la producción de alimentos y medicamentos en los Estados Unidos.

“Con el MIT vamos a trabajar en la producción del nanoanticuerpos en alto grado de pureza, y necesitamos encontrar un socio estratégico, preferentemente argentino, como una empresa alimenticia o farmacológica, que quiera desarrollar un biofármaco o la leche funcional”, dijo la especialista y destacó que la Argentina puede ser “pionera” en el desarrollo de productos basados en nanoanticuerpos de camélidos, un recurso autóctono de Sudamérica. “Este año se aprobó el primer producto basado en esta tecnología en Europa, y pensamos que ahora se va a agilizar el proceso de aprobación en la región. Es importante que Argentina comprenda que estamos frente a una gran oportunidad estratégica que no debemos dejar pasar”, concluyó.


Fuente: Por Vanina Lombardi -Agencia TSS