En la jornada en la que se capacito sobre majadas y comercializacion participaron Tommy Fogg, titular de la Comisión Ovina de la Sociedad Rural de Gualeguaychu, y Ariel Destéfano, presidente de la Corporación del Desarrollo Gualeguaychú (Codegu), quienes estuvieron a cargo de los discursos de presentación de la jornada.

Se trataron temas sanitarios, otros como el manejo de rodeo o la comercialización de la carne ovina, además de la importancia de la Ley Ovina que rige en la provincia.

El ingeniero Guillermo Carbajo y el médico veterinario Raúl Errasti, de la Secretaria de Agroindustria, contaron sobre la recorrida que vienen haciendo por el país, en el marco de la Ley Ovina. En la que surgió la posibilidad de dar una charla en Gualeguaychú a los productores relacionados al desarrollo de la cadena de valor de la carne de esta especie.

“En carne ovina hay mucho por hacer”, aseguraron y recordaron que “desde Nación, en el 2018, se comenzó con un plan de desarrollo”.

“Desde el Río Negro hacía arriba el tema de la carne ovina ha tomado mucha importancia, con provincias con mucho empuje como el caso de Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe y La Pampa, que lideran esta nueva era del desarrollo de una economía que tiene todo por delante”, expresaron. Al tiempo que destacaron que están “trabajando en el desarrollo del mercado interno y en la posibilidad de poder exportar carne ovina con el sello argentino”.

“Un número importante de chacareros mantuvieron sus majadas, y esos rodeos ovinos comenzaron a aumentar, y en razón de una mayor cantidad de ovejas trabajamos para saber cómo se está llevando adelante la comercialización”, explicaron.

Hay provincias como Entre Ríos que tienen “un enorme potencial en la producción de carne”, a las que “hay que acompañar con los recursos del Estado”, dijeron, y destacaron la cantidad de razas existentes en el país, estimándose en 35 aproximadamente y sobresaliendo el auge de las carniceras “desde el Río Colorado al norte de Argentina, quedando las laneras en la región patagónica”.

Destacaron las razas como Texel, Dorper, Hampshire Down, que ya tiene su historia. “Razas dedicadas a la carne, en las que el productor le encuentra una vuelta más, con una majada comercial que le aporta ingresos a su campo, que hasta hace poco tenía en una cañada o en lotes improductivos. Hoy, si se hacen bien los deberes, se encuentra en el ovino una rentabilidad que antes no tenía”.

La Comercialización

Uno de los puntos débiles de la cadena es la falta de plantas de faena, las cuales “permitirán que el productor formalice lo que hace, y que el frigorífico pueda acceder a las majadas para faenar e industrializar”. De esta manera –aseguraron los especialistas– la cadena podrá iniciar un ciclo de crecimiento.

“Cual producción primaria, tiene que estar atada a una cadena de valor, porque el productor por sí solo va a tener un techo que es el de faenar en su establecimiento y no en una planta habilitada. No se pueden faenar y comercializar 500 corderos en un matadero casero. El eslabón del medio, entre el productor y la comercialización, es fundamental”, explicaron.

Por su parte, el coordinador de la Ley Ovina en la provincia, Julián Armosida dijo que la norma “es una herramienta muy satisfactoria para los productores, debido a que se trata de financiamiento, sin interés y con dos años de gracia para comenzar a devolverlo”.

Los datos oficiales indican que existen unas 600 mil cabezas de ganado ovino, pero Armosida no cree que esos números coincidan con la realidad. “Lamentablemente algunos productores son reacios a declarar los ejemplares que tienen”, lamentó y aseguró que “son muchos los casos de comercialización informal”, aunque la idea es la “regularizar esa situación”.

“Entre Ríos tiene catorce frigoríficos habilitados para la faena de ovinos, y el gobierno de la provincia cuenta con tres salas de faena móviles, dos en escuelas agrotécnicas y una en una cooperativa de Villaguay”, destacó el funcionario.