En Nueva Zelanda, los granjeros están utilizando drones que ladran para pastorear sus ovejas

Hace miles de años el ser humano hizo un descubrimiento crucial: el perro le hacía la vida más sencilla. Aquella innovación tecnológica le permitió cazar más, alimentarse mejor y, más tarde, controlar a sus incipientes rebaños.
ovinews- dron en new zealand

Hace miles de años el ser humano hizo un descubrimiento crucial: el perro le hacía la vida más sencilla. Aquella innovación tecnológica le permitió cazar más, alimentarse mejor y, más tarde, controlar a sus incipientes rebaños. Hoy algunos granjeros de Nueva Zelanda están descubriendo algo similar, pero sustituyendo al perro por el drone. Al parecer, no tienen precio como pastores.

¿Qué? La automatización del trabajo todo lo alcanza. Incluso al perro. Tal y como relata Radio NZ, numerosos granjeros llevan años utilizando drones para controlar a sus ovejas, ciervos o vacas. Los robots cumplen las mismas funciones que sus perros, pero ahorran largas caminatas, climas intempestivos y un tiempo precioso. Los vídeos del pastoreo caminan entre lo fascinante y lo terrorífico.

¿Por qué domesticamos al perro? Para los humanos de hace 14.000 años fue una innovación tecnológica
Innovación. Faltaba algo. Durante milenios, los pastores se han valido de dos instrumentos para controlar a sus animales: perros y sonidos. Los drones eran silenciosos. DJI, una empresa dedicada a la fabricación de drones de alta gama, lo ha solucionado con el Mavic 2 Enterprise, un artefacto de $3.500 que permite a los
granjeros grabar cualquier sonido (como un ladrido) y reproducirlo sobre el rebaño.

Todos ganan. ¿El fin del perro como herramienta de trabajo? No exactamente. Hay más de 44 millones de ovejas en Nueva Zelanda, y los pastores siguen necesitando inspeccionar sobre el terreno el estado de sus rebaños. La mezcla de perro y drones se conjuga como un apoyo fantástico. Como explican algunos granjeros, el dron simplemente facilita la existencia en la rugosa geografía neozelandesa.

Tecnología y campo. Las innovaciones en el sector primario son numerosas. Como recuerda el Washington Post, miles de agricultores en todo el mundo se valen ya de drones para comprobar el estado de sus cosechas o inspeccionar la salud de sus viñas. Parte de la industria ha puesto sus esperanzas en la agricultura digital, como explican en Xataka, y los proyectos de análisis de suelos o cultivos son múltiples.

 Algunos granjeros neozelandeses creen que generan menos ansiedad a los animales. Muchas vacas, por
ejemplo, plantaban cara agresivamente a los perros. Otros estudios no lo tienen tan claro, aunque la evidencia es limitada: se sabe que los drones pueden alterar el ritmo cardíaco de muchas especies, generarles estrés y hasta ponerles en peligro.